jueves, 12 de mayo de 2016

Qué razón tenía Sor Juana

“Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que juzgáis.”

-                                                                                                         -   Sor Juana Inés de la Cruz.

Viendo y viviendo las vicisitudes de nuestra cotidianidad política, económica y social, llegaron a mi mente las sabias palabras de Doña Sor Juana Inés de la Cruz.

No sé a Usted; pero a mí me llama la atención lo que está sucediendo en varios de los países latinoamericanos, que están haciendo cambios trascendentales en su administración pública, en aras de “castigar” la corrupción.

Lamentablemente en nuestro país una gran mayoría nos hemos vuelto demasiado “comodines”, si es que el término se acomoda, y como dice la frase que encabeza el presente: somos la ocasión de lo mismo que juzgamos.

Hacemos críticas y, la mayoría muy severas, sobre la ineficiencia de nuestros legisladores y gobernantes, así como de algunos de los dirigentes que rigen el destino de nuestras instituciones; pero acaso, ¿somos lo suficientemente autocríticos para evaluar nuestra propia eficiencia?

¿Qué tan a menudo nos cuestionamos a nosotros mismos sobre nuestra productividad, honestidad, tolerancia, iniciativa, entre otros factores a los que pudiéramos hacer alusión?
A la mayoría de nosotros, nos es muy difícil abandonar nuestra zona de confort, seguimos, a pie juntillas, el viejo adagio: “Si no está roto, no lo rompas”, no lo toques, no hagas olas y nos volvimos indiferentes ante el deterioro de nuestra sociedad y, en general, de nuestro país.

Lo anterior tiene un fundamento claro: nos sentimos, y nos pensamos, desconectados, ajenos, a todo.

Decimos frases como:

o   “Ésta empresa (institución) está de la… tristeza”, la empresa, NO YO.
o   “La colonia está de la… tristeza”, la colonia, NO YO.
o   “La ciudad está de la… tristeza”, la ciudad, NO YO.
o   “El Estado está de la… tristeza”, el Estado, NO YO.
o   “El País está de la… tristeza”; el país, NO YO.

Y olvidamos que si no nos consideramos parte del problema, no podemos ser parte de la solución.

Seguimos viendo, y criticando, la paja en el ojo ajeno, y hacemos nada, o muy poco (bastante poco), por quitarnos la viga que traemos en el nuestro.

Cerraré con una frase, de autor anónimo, que leí en estos días y que, en lo personal, me gustó mucho.

“A veces pedimos a Dios que cambie nuestra situación, sin saber que Él nos puso en ésta situación para que cambiemos”.

Por su tiempo y atención, muchas gracias.

lunes, 29 de junio de 2015

El limpiabotas más singular del mundo

Por: Amalio Rey 
Decía Norman Mailer que cualquier persona, o tema, estudiado en profundidad resultará fascinante, y yo añadiría que cualquier oficio también. Quien lo dude, que se lo pregunte a Javier Castaño (@xabel), con el que volví a tener un animado encuentro callejero el otro día del que surgió la idea de hacerle una entrevista.

Javier es Delineante Industrial (grado superior), además de tener experiencia en el campo de las Artes y el Diseño Gráfico, desde donde saltó al Marketing Web y SEO (posicionamiento en buscadores) con su propio proyecto profesional. Pero lo que hizo famoso a Javier, apareciendo en muchos medios nacionales e internacionales (incluido The Washington Post o la BBC) es la combinación de dos hechos. El primero, donar cuentas de Twitter, creadas por él, a los gobiernos de Canadá (@canada) y Japón (@japan), la prefectura de Río de Janeiro (@riodejaneiro) y los Ayuntamientos de Madrid (@madrid), Málaga (@malaga), Roma (@roma) y Gijón (@gijon), entre otros. Estas transferencias de cuentas, por las que suele cobrarse mucho dinero, Javier las hizo gratuitas porque lo que buscaba era que se preservaran como bienes públicos. El segundo hecho, y en el que voy centrar mi crónica de hoy, es que desde el 30 de marzo de 2012 Javier se gana la vida como limpiabotas en el Café Central de Málaga, al que por cierto, también le lleva sus redes sociales en Facebook y Twitter.

A Javier le conozco hace varios años, cuando estaba en plena faena de SEO colaborando con clientes en temas de marketing-web. Siempre me pareció honesto, de esas personas que ves llegar y que con sólo charlar un rato, ya confías en ellas. Hoy sé además que tiene muy buenas ideas y que es un tipo realmente interesante, con el que se puede conversar de todo, así que me propuse hacerle una entrevista pero distinta a las que le han hecho antes. Lo que yo quería indagar en Javier es esa capacidad que ha tenido de convertir un oficio aparentemente plano y aburrido, como el de limpiabotas, en una fuente de crecimiento personal.

Desde que leí “El Artesano” de Richard Sennett, uno de mis libros de cabecera (aquí tienes una amplia reseña), quedé prendado de toda la filosofía que puede haber embebida en el trabajo de los artesanos, y de la capacidad que mostraba el autor para descifrar códigos ocultos en la práctica de cualquier profesión, por muy lineal que pareciera. Me quedé con ese gusanillo, y por fin encontré en Javier una oportunidad de explorar ese registro por mi cuenta (salvando las distancias, obviamente, del maestro Sennett).

Lo que yo quería, y así se lo propuse, es que hiciéramos un viaje juntos por las honduras de su oficio, que me contara detalles sutiles e invisibles de lo que hace y cómo ha cambiado su percepción de las cosas desde que empezó a sentarse de lunes a viernes en un sillón de limpiabotas. A partir de ese momento, iniciamos con Javier un intenso intercambio de e-mails, con varias preguntas y respuestas, aclaraciones y desvaríos filosóficos. A veces fue un diálogo surrealista, pero a menudo aterrizamos en matices muy prácticos. De todo ello salió esta entrevista que traigo hoy con mucho gusto. Espero que la disfrutes tanto como yo:

1) ¿Qué puede haber de especial en el oficio de un limpiabotas, aparentemente tan simple?

Es puro ‘ensayo y error’, probar todos los productos, desobedecer las instrucciones, convertir el uso fácil en uso difícil y sacar conclusiones. Con la experiencia se va perfilando un método y lo demás es pura repetición. No creo que la destreza influya mucho en los resultados, más bien la meticulosidad. Una cosa que me dio mucha guerra al principio fue la incompatibilidad de los productos. Por ejemplo: una pequeñísima cantidad de un “disolvente” universal para manchas que uso en Ante, al contacto con cualquier betún da un resultado pegajoso que hace que pelusas de trapos y cepillos se agarren con saña a la piel. También podría decirte que utilizar una caja portátil, con tapas que abres y cierras, para trapos y cepillos, es una mala idea. Para que te hagas una idea de mi nivel de neurosis, todos los botes y espráis que uso son mixtos, es decir el recipiente sale de un sitio y el tapón de otro. No me gusta que se vean en mi puesto cosas que se puedan asociar a una tienda china. Intento que todas las herramientas que uso (mechero, cortahílos, brocha, espátula, etc.) sean poco comunes. Cuido y mantengo los materiales lavando micro-fibras y trapos comunes por un lado, y algodón 100% por otro.

2) Me maravilla tanta meticulosidad. Lo haces bastante más sofisticado de lo que parece a simple vista. Yo que pensaba que en tu oficio lo que más importaba era hacerlo fácil. 

Podríamos filosofar largamente sobre el dilema de lo Fácil vs. Difícil. Todos los productos de limpieza de calzado de las últimas décadas llevan el “uso fácil” al extremo (la esponjita de marras, los espráis, etc.), lo que ha hecho que resulte complicado abastecerse de productos “saludables”. Es una metáfora de la vida, porque eso mismo ocurre en otros ámbitos pues, como ya sabes, los pre-precocinados y el glutamato monosódico barren en ventas. Sin embargo, las comodidades tienen un precio. Nos acomodamos a aplicaciones que nos facilitan la vida pero sabemos que eso no tiene calidad, ni aporta un valor auténtico: ¿A quién le agrada recibir DMs automáticos? Sabemos que un post curra’o no tiene nada que ver con una fricada de aplicación tipo “clic y listo” pero… la excelencia sigue siendo lo festivo y la comodidad lo cotidiano, ¿porqué? Yo no quiero que mi profesión sea así, y huyo de abusar del camino fácil. Este es un oficio algo estancado en los métodos del siglo pasado, así que intento incorporar productos y materiales del mundo de hoy: micro-fibras, gomaespuma de distinta dureza, gomas de todas las durezas, productos cosméticos o arcillas. Tengo unos estándares exigentes, y eso empieza a interesar incluso a fabricantes y distribuidores.
3) Espera, tengo una duda. Cuando te iniciaste se supone que no eras un profesional de esto, así que entiendo que empezaras con el ensayo-y-error, pero qué pasa con los primeros clientes, los que usaste de cobayas para aprender. Me gustaría que reflexiones sobre los costes y el estrés de aprendizaje al principio, porque una cosa es limpiar zapatos para uno, o la familia, y otra hacerlo como profesión

Cuando la disposición es plena se disculpa casi todo. No creo que llegase a espantar a clientes; pero es cierto que a muchos clientes les resultaba lento. Sobre los comienzos pienso que lo más importante es la rapidez de rectificar. Las cosas más sorprendentes las aprendí por sorpresa, los verdaderos trucos los encuentras por casualidad y son fruto de la experiencia. Por otra parte, recomiendo en cualquier aprendizaje autodidacta la combinación de tres recursos: Google + Google Translate + Youtube. Al principio sólo distinguía los zapatos por la marca, pero investigando en Internet fui aprendiendo a distinguir entre distintas pieles, costuras y modelos. Después me hice mi propia chuleta gráfica de los tipos de calzados que existen (mírate esta imagen), para afinar el ojo y dotar de más sentido a lo que hago. En Youtube puedes encontrar desde cómo se limpian las botas los marines, a señores usando un hueso de ciervo para liberar de grasa los pliegues de un cordobán. Hay grandes especialistas en todo el mundo, así que por suerte puedes usar los traductores online para abrir fronteras y aprender cosas sorprendentes por vídeos, que después incorporas a tu trabajo.

4) Cuando estas aburrido, algo que supongo puede ocurrirte a menudo, ¿qué haces para motivarte?

Pasar de todo y leer la prensa o ponerme a cavilar no siempre es un recurso balsámico así que intento que los ‘tiempos muertos’ no me desgasten. Nunca estiro la jornada por falta de trabajo, solo por exceso del mismo. Inicialmente dedicaba los tiempos muertos a mi propia promoción, ahora ya suelo estar más entretenido. A las malas, siempre dispongo de alguna pajilla mental que hacerme :-) Lo que hago es comportarme como si estuviese en casa delante del ordenador. Llevo 15 años con un guión de cine, fue mi refugio cuando los problemas me quitaban el sueño (hace años). Le dedico un rato cada vez que puedo.

5) Richard Sennett en “El Artesano”, ese libro del que te he hablado tanto, sostiene que la repetición o la rutina de una tarea se convierte en “ritmo”, que es algo que tiene música, una cadencia singular, que llega a disfrutarse, ¿A ti te pasa eso? ¿Te sientes un artesano?

Mira, todas las semanas le dedico un tiempo a la música (concretamente a la percusión) así que entiendo perfectamente eso de trabajar “a ritmo” :-) Los jueves me junto con Marcos, un amigo que le pega a la guitarra, para meterle mano a dos voces a alguna canción que elegimos, con unas cervecitas. Conseguir ese sentido del ritmo, mientras trabajas, no es siempre fácil, pero es algo que ciertamente busco. ¿Si me siento como un artesano? Pues mira, mi trabajo es lo más parecido al de un restaurador. Me obsesionó, desde los primeros meses, llegar con mis clientes a un resultado imposible de conseguir en casa. En algunos zapatos de baja calidad no se consigue marcar esa diferencia y me quedo sin final feliz, pero ya aprendí a asumirlo desde los primeros pasos. También lo comparo con el higienista porque todos sabemos limpiarnos los dientes, pero lo que hace en nuestra boca un higienista no lo conseguimos ni con tres horas de cepillado.

6) Explícame eso de que en algunos zapatos no se consigue marcar la diferencia, y te quedas sin “final feliz”. Yo que pensaba que el trabajo del limpiabotas se notaba más cuando el calzado era malo, y conseguías maquillar sus defectos.

No, a ver… a los zapatos de más calidad es a los que se les puede sacar un plus y que el resultado sea espectacular. Los zapatos baratos o de baja calidad generalmente no guardan nada, los dejas limpios y ya está. Si tienen mermas, ya ni te cuento. Son las pieles buenas (que no siempre se presentan en zapatos de marca o caros) las que esconden virtudes que con un buen trato afloran.

7) Un “restaurador” parece tener más glamour que un “higienista“. Si te fijas, son dos imaginarios distintos por el tipo de valor que aportan ¿Con cuál te identificas más?

Tengo un cliente restaurador de arte y al principio siempre tenía la sensación de que se fijaba mucho en lo que hacía y eso me metía bastante presión. Ahora creo que va más a lo suyo :-) Me siento un “restaurador” porque aplico métodos previamente ensayados, también el ensayo-y-error, pero en tiempos muy reducidos. No puedo permitirme respetar tiempos de secado o pararme a pensar, como hacen los restauradores. Limpiando zapatos si tardas 15 o 20 minutos se te duerme el cliente. Ya me gustaría a mí poder hacer cosas más lentas. Si tuviera un taller intentaría disponer de una buena lupa (tipo ‘Bones’), maquinaría de dentista obsoleta, baño de vapor, vaporetta, torno de zapatero, pulidoras, aerógrafo, y herramientas de dios sabe qué especialidades que puedan aportar algo. Ser limpiabotas es un oficio limitado por tiempos y herramientas. Pero lo mejor de mi oficio es que no hay morosidad  :-) Cobro 3€ por cualquier cosa. Cada cliente, en función de su satisfacción, paga lo que le da la gana, pero yo siempre pido 3€. La media real andará cerca de los 5€. El tiempo promedio que dedico a cada cliente puede estar en los 15 minutos.

8) Estoy imaginando la de conversaciones que debes tener con tus clientes. Será como en las peluquerías: ¿Cuánto hay de psicólogo en tu trabajo?

Resulta muy enriquecedor pero hay de todo, hay clientes que se convierten en buenos amigos y también lo contrario, personas que ves a menudo y personalmente te resultan extrañas. Yo intento dejar las cosas venir y no forzarme a nada. Cortesía y discreta observación.
9) En la conversación que tuvimos el otro día, pasó algo que me dejó pensativo, y que terminó de decidirme a proponerte esta entrevista. Recuerdo que hablando del trabajo de limpiabotas, Ana María (mi pareja) te dijo “bueno, ese trabajo es temporal”, y tú le contestaste “No, como si es para toda la vida”. Esa respuesta me dijo cosas, y me gustaría hablar de ello. Perdona que te haga esta pregunta, pero tengo que hacértela: ¿Qué sientes cuando la gente te cuestiona (o tú notas que lo piensa, aunque no te lo diga): “oye, qué hace un tío como tú limpiando botas?” ¿Te jode que la gente crea que ese trabajo es poco digno para ti o has llegado a pensar que tienen razón? 

Cuando decidí ponerme con esta profesión, tenía dudas. Quizás el vértigo de dar un paso tan radical, no sé, en parte me obsesionaba llegar a dar lástima, así que mi idea era asumir una actitud de “friki a su bola“. Me explico, auriculares con mi musiquita y currar a mi aire. Quería protegerme y quitarme los auriculares sólo cuando valiese la pena. Pero una vez que me puse a limpiar zapatos, noté que la respuesta general era muy positiva, así que descarté adoptar esa postura tan evasiva. Al hablarlo con un amigo recuerdo que fue una especie de iluminación, cuando le dije que no pretendía dar pena, sino envidia. No se me olvida la cara de perplejidad de mi amigo. Hoy sé que tenía razón. Trabajo de 8 a 3, de lunes a viernes. Me siento respetado. No rindo cuentas a nadie. La satisfacción del cliente está, para mí, condicionada a la mía y creo que mi trabajo es como el de un restaurador que finaliza su obra cada 15 minutos. Sé que da un poco de vértigo inicialmente salir en los medios presentándote como limpiabotas, peroahora no es que lo lleve bien, sino que no me cambio por nadie.
Hasta aquí la entrevista. Parece obvio que Javier Castaño es mucho más que un tío generoso que regala cuentas de Twitter. Basta con leer sus respuestas para darse cuenta que es, además de eso, una persona con una imaginación y afán de superarse que ya muchos quisiéramos. Si tuviera que resumir este dialogo, me quedaría con esta idea: Cualquier oficio puede llegar a ser interesante si quien lo practica adopta la actitud apropiada.
  

lunes, 27 de abril de 2015

El verdadero amor.

En los poco más de 47 años, casi 48, que Dios me ha permitido vivir, he vivido muchas experiencias, buenas y “malas” y entrecomillo malas, porque al final del día, aquellas experiencias que consideramos malas, resultan ser las mejores y, ojo, hablo de situaciones tales como una terrible enfermedad, la pérdida de un ser querido o el trabajo, o la quiebra de algún negocio, incluso la pérdida de todo nuestro patrimonio.

En lo personal, salvo la terrible enfermedad, he vivido prácticamente todas las demás.
Hace 20 años que mi mamá no me acompaña físicamente y, casi 15 que mi papá tampoco, ya estuve en “los cuernos de la luna” alguna vez y, también, alguna vez en “el fondo del abismo”.

Sin embargo, como dice el refrán: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”.

En esto último es que quiero poner el énfasis de ésta reflexión.

Lamentablemente, a la mayoría de los seres humanos, nos cuesta, a veces mucho, trabajo comprender esto.

En mi peregrinar por éste mundo he conocido a mucha gente y, salvo sus honrosas excepciones, la mayoría parecemos estar, como dice otro refrán: “cortados con la misma tijera”.

Es decir, la mayoría juzgamos “malas” todas aquellas experiencias “negativas” que nos acontecen.

Lo anterior es por una sencilla razón:

Interpretamos a Dios, hacemos opiniones sobre Él e, incluso, lo juzgamos; en lugar de esforzarnos por conocerlo y comprenderlo.

Un ejemplo:

Dios es amor y el amor de Dios es muy diferente de la interpretación que nosotros le damos al amor.
La gran mayoría de las personas creen saber lo que es el amor porque dan por hecho de que se trata de mantener una relación sentimental con alguien, llámese pareja, hijos, padres.
Suponen que amar es preocuparse por esa persona, reclamarle su comportamiento cuando se considera inapropiado; consideran amor a la acción de culpar a un hijo porque le va mal en su colegio ya que esto es “por su bien”, también consideran amor al hecho de pretender que la pareja sea una fiel copia de sí misma, se cree que hay amor cuando se le da todo a los demás sin recibir nada a cambio; si el cuerpo físico engorda se le rechaza tajantemente.
En pocas palabras, han adoptado un sentimiento que se parece ligeramente al amor y lo han hecho así porque es lo único que conocen.
Lo que sucede es que confunden al amor con el miedo de perder el significado que le han dado a los seres que están a su alrededor, con el miedo de no llegar a ser el ideal de persona que creen que deben ser y esto no significa que estén mal o bien, sólo quiere decir que hay que dejar de controlar la vida empezando por amar las condiciones en las cuales vinimos a este mundo así como todo lo que hemos vivido, que es lo que naturalmente nos ha llevado a actuar de cierta manera.
En la medida en que estemos dispuestos a apoyarnos a nosotros mismos por encima de todo lo que vemos, sin censurarnos, será más fácil convivir con los demás tal como si estuviéramos aprendiendo de ellos permanentemente.
Esto significa unirnos física, energética y emocionalmente con nuestros seres queridos, permitiéndonos ser nosotros mismos para que ellos a su vez puedan ser tal como son.
Cuando entendemos que las cosas “malas” que nos pasan son en realidad lecciones valiosas que Dios nos da para que aprendamos a mejorarnos a nosotros mismos, entonces nuestra perspectiva de lo “malo” como lo conocemos, cambia considerablemente.
Según el escritor Erich Fromm, el amor es un arte porque debemos dominar su teoría y su práctica, por lo tanto debemos aprender a ser artistas del amor.

En la medida que entendamos que somos parte de un plan divino, que todo lo que deseamos ser, ya somos, entonces y solo entonces, experimentaremos una autentica transformación que nos llevará a la paz, la alegría y la felicidad.

La clave está en no anhelar esa paz, esa alegría o esa felicidad; porque en el momento que anhelamos algo, nos llenamos de ansiedad, esperando que llegue, y esa ansiedad rompe, de esa manera, la paz, la alegría y la felicidad.

Necesitamos volver hacia dentro de nosotros para conocernos realmente, darnos el tiempo para profundizar en nuestra propia conciencia y, en la medida que nos conozcamos mejor, de pronto, cuando menos lo esperemos nos sorprenderemos a nosotros mismos de haber conocido a Dios.

En ese preciso instante, viviremos el verdadero amor.

lunes, 16 de marzo de 2015

Como el lápiz.

El niñito miraba al abuelo escribir una carta.

En un momento dado, le preguntó:

¿Abuelo, estás escribiendo algo sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que lo escrito, es el lápiz que estoy usando.  Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó: ¿Qué tiene de particular ese lápiz? El abuelo le respondió:

Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona activa y armoniosa con el mundo.

Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos.  Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te guiará para que vayas en una dirección según su voluntad.

Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas.  Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero estará más afilado.  Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.  Entiende que corregir un error no es malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de lo correcto.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro.  Por lo tanto, cuida siempre y cultiva lo que hay en tu interior.


Quinta cualidad: Siempre deja una marca. Haz de saber que quieras o no, todo lo que hagas en la vida dejará trazos.  Por eso intenta ser consciente de cada acción, para que las huellas que dejes ayuden a crecer, no a marchitar.

jueves, 26 de febrero de 2015

Lo que vale la pena.


1.    Acerca de Dios y el Cielo, creo que si actuamos haciendo el bien, podremos estar en la lista de espera si el Cielo existe y si no existe, habremos tenido nuestro propio Cielo en ésta Tierra. Y a DIOS no lo encontré sólo en el Mar del Sur, en las Nubes, en las Tormentas, en las Olas, ni en la Meta, ni en las Partidas; estuvo siempre conmigo, dentro, muy dentro de mí.

2.    Acerca de los Hijos, definitivamente no son tuyos, solo quiérelos y ámalos y trata de educarlos con el ejemplo y si puedes, transmíteles que busquen sus propios sueños, no los tuyos. Y no esperes que te agradezcan todo lo que haces por ellos; ese agradecimiento vendrá muchos años después, quizás cuando tu ya te hayas convertido en abuelo(a), será entonces que sabrán lo que significa ser Padre o Madre. Pero si te llegan a decir que están orgullosos de ser tu hijo(a), date por recompensado con creces. Y si alguno de ellos debe partir antes que tú, que al menos te quede el consuelo de haberle dicho muchas veces cuánto lo amabas.

3.    Acerca de tus Padres, no dejes nunca de agradecerles el hecho de que te hayan traído a este mundo maravilloso y te hayan dado tan solo la posibilidad de vivir, sólo eso, ¡VIVIR!

4.    Acerca del mar, el viento y la naturaleza, admírala y cuídala, es única y no tenemos otra. Y al mar y al viento, nunca trates de vencerlos, y menos desafiarlos, llevan todas las de ganar. Si quieres ser un navegante, acostúmbrate a vivir en crisis permanente.

5.    Acerca del amor, da las gracias al Universo si te despiertan cada mañana con un beso y una sonrisa. Y haz como las abejas y las mariposas, ellas no buscan la flor más linda del jardín, sino aquella que tiene el mayor contenido.

6.    Acerca de la riqueza, una vez que hayas financiado tu flujo de caja, trata de comprar más tiempo que dinero, más libertad que esclavitud.

7.    Acerca de la angustia y la amargura, cuando creas que algo no es posible, que los problemas te agobian, que ya no puedes, date un tiempo para ver las Estrellas y espera despierto el amanecer, ahí descubrirás que siempre sale el sol, ¡Siempre!

8.    Acerca del triunfo, si quieres triunfar debes estar dispuesto a fracasar mil veces y dispuesto a perder todo lo que has conseguido. Y no temas perderlo todo, pues si te lo has ganado bien, de seguro lo recuperarás con creces.

9.    Acerca del presente, vívelo intensamente, es el único instante que realmente importa; los que viven aferrados al pasado ya murieron y los que viven soñando con el futuro, aún no han nacido.

10. Acerca del éxito y el fracaso, reconócelos como dos impostores, pero aprende sobretodo de los fracasos, los propios y los de los demás, allí hay demasiado conocimiento que generalmente no usamos.

11. Acerca de los amigos, elige los que están contigo cuando estás en el suelo, porque cuando estés en la gloria, te van a sobrar.

Este mensaje fue escrito por Felipe Cubillos (QED) - un empresario chileno, después de hacer fortuna se dedicó a la filantropía y después del terremoto montó una empresa para la reconstrucción de Chile.
Falleció en septiembre de 2011 en un accidente aéreo en la Isla Juan Fernández.

domingo, 18 de enero de 2015

Actitud positiva para la vida y el trabajo.

Esta es una historia real, le pasó a un colega.


"Hace unos pocos meses, a inicios de este año, me diagnosticaron leucemia y aunque en la actualidad es una enfermedad que posee un tanto por ciento muy elevado de superarse, sigue siendo una enfermedad que llama la atención y para quien la sufre supone un camino lleno de situaciones difíciles, en algunos momentos mucho.

Pero más allá de la dificultad de una enfermedad como ésta y por lo que he podido comprobar tratando con personas que han pasado por este tipo u otros de cánceres hay algo que todos destacan y a lo que ahora yo me uno, y es que situaciones como ésta te ayudan a ver ciertas cosas de otra forma, ¿Qué otra forma? Se preguntaran, pues una cuestión que directamente está relacionada con la actitud.

Los primeros días que me diagnosticaron Leucemia a todo el mundo le llamó la atención mi actitud tan positiva ante una noticia como esta, pero después todo el mundo que me conoce me decía que era lógico debido a que así he sido siempre. Lo cierto es que nunca lo había pensado pero desde entonces he pensado mucho en ello y he comprobado que una actitud positiva lo es todo, sí todo, tanto a nivel personal como profesional.

Tanto a la hora de emprender un negocio, como de acudir a una reunión con un posible cliente, como de comenzar un nuevo proyecto. Hay algo que siempre se ha dicho y que es fundamental: Hay que creer en ello, es decir, estar seguro de tus posibilidades, lo que se traduce en una actitud dirigida al éxito en tus objetivos.

¿Qué sucede cuando se acude a una reunión con un posible cliente? Que gran parte del éxito depende de nuestra actitud, si estamos seguros de que lo que ofrecemos es bueno, adecuado al cliente y que somos la mejor opción, transmitiremos eso mismo al cliente. En numerosas ocasiones he planteado esta cuestión a las personas que he formado y dirigido: ¿Acaso se vende lo mismo si tenemos problemas personales o profesionales que si no los tenemos?

Eso es debido a que nuestra actitud es completamente diferente.

Creo que todos estaremos de acuerdo en lo comentado en el párrafo anterior, pero a partir de aquí ¿qué?, ¿cual es la solución? Caben dos opciones, que el cambio de actitud surja de uno mismo o si vemos que por nosotros mismos no es posible, busquemos apoyo de otros, como por ejemplo un coach (ojo que actualmente hay muchos que se denominan así y que realmente son personas que creen que están capacitados para dar consejos cuando realmente no están cualificados, por lo que se debe buscar bien).

El hecho de poseer una actitud adecuada es sumamente importante, más en la actualidad con las dificultades a las que nos enfrentamos día a día. Debemos pensar que una actitud negativa conlleva resultados negativos y éstos a su vez conllevan una actitud negativa, convirtiéndose en un círculo del que es muy difícil salir.

Por el contrario, si nuestra actitud es positiva y pensamos en que las dificultades que nos encontramos en el camino son oportunidades de mejorar, de aprender y que siempre tendremos opciones para alcanzar nuestros objetivos y superar todo aquello que inicialmente pensemos que es un problema, conseguiremos que nuestros proyectos sean un éxito y aquellos clientes que nos interesen.
                                  
Yo lo tengo claro, al igual que he conseguido aquello que me he propuesto hasta ahora, esta pequeña dificultad que me he encontrado ahora tan solo está siendo una oportunidad para aprender y superar aquellas cuestiones que antes pensaba que quizás no conseguiría."